En una sala iluminada por la luz tenue de la cámara de representantes, los legisladores de Puerto Rico se reunieron para abordar un tema de vital importancia: la reforma del sistema electoral de la isla. La memoria de las elecciones generales de 2020, marcadas por el desorden y la falta de transparencia, aún pesa sobre los participantes. La urgencia de implementar cambios significativos se siente en el aire, mientras se discuten nuevas herramientas tecnológicas y la necesidad de una mayor participación de todos los partidos políticos.
Uno de los puntos centrales de la reunión fue la introducción de un sistema de solicitudes electrónicas llamado ILI Java, que se está utilizando por primera vez en las primarias del Partido Popular Democrático (PPD) y el Partido Nuevo Progresista (PNP). Este sistema tiene como objetivo mejorar la gestión del voto adelantado y el voto ausente, facilitando un proceso que, en el pasado, ha sido criticado por su falta de organización. La participación de todos los partidos es crucial para asegurar la transparencia y la confianza en el proceso electoral, especialmente con más de 230,000 electores potenciales solicitando el voto adelantado.
Sin embargo, los legisladores también expresaron su preocupación por la baja inscripción de nuevos electores. Desde 2021, solo se han registrado alrededor de 52,000 nuevos votantes, un número alarmantemente bajo en comparación con el potencial de 150,000. La falta de iniciativas para visitar escuelas y universidades ha sido un obstáculo significativo, y se ha señalado que el cierre de juntas de inscripción ha limitado aún más el acceso al registro electoral.
Otro tema candente fue la necesidad de depurar el registro electoral, eliminando a los votantes fallecidos que aún figuran en las listas. Este proceso es esencial no solo para la integridad del sistema, sino también para evitar el gasto innecesario de recursos públicos en correspondencia dirigida a personas que ya no están vivas. La presión de los medios ha llevado a la administración electoral a abordar este problema, pero los legisladores insisten en que se necesita una acción más rápida y efectiva.
La discusión también tocó la implementación del nuevo código electoral, que ha sido criticado por su falta de inclusividad y por no adaptarse a las necesidades cambiantes del electorado. La urgencia de reformar este código se hace evidente a medida que se acercan las elecciones generales de 2024, y los legisladores reconocen que la falta de acción podría poner en riesgo la confianza pública en el sistema democrático.
A medida que la reunión avanzaba, quedó claro que el camino hacia unas elecciones más transparentes y accesibles está lleno de desafíos. La implementación de nuevas tecnologías y la necesidad de una mayor participación de todos los partidos son pasos cruciales, pero la voluntad política y la acción decisiva son igualmente necesarias para garantizar que el proceso electoral de Puerto Rico sea justo y confiable. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, la presión para actuar se intensifica, dejando a los legisladores con la responsabilidad de restaurar la fe del pueblo en su democracia.